domingo, 20 de noviembre de 2016

ANTOLOGÍA DE MACHADO

          En esta tarea, debemos escoger una serie de poemas del famoso escritor Antonio Machado, y dejar un pequeño comentario de cada escrito, citando el porque de la elección de este poema.


El Viajero


                                                       Está en la sala familiar, sombría, 

                                                    y entre nosotros, el querido hermano 
que en el sueño infantil de un claro día 
vimos partir hacia un país lejano. 


                                                        Hoy tiene ya las sienes plateadas, 

                                                    un gris mechón sobre la angosta frente, 
y la fría inquietud de sus miradas 
revela un alma casi toda ausente. 


                                                        Deshójanse las copas otoñales 

                                                              del parque mustio y viejo.  
La tarde, tras los húmedos cristales, 
se pinta, y en el fondo del espejo. 


                                                        El rostro del hermano se ilumina 

                                                     suavemente. ¿Floridos desengaños 
dorados por la tarde que declina? 
¿Ansias de vida nueva en nuevos años? 


                                                       ¿Lamentará la juventud perdida? 

                                                       Lejos quedó -la pobre loba- muerta. 
¿La blanca juventud nunca vivida 
teme, que ha de cantar ante su puerta? 


                                                                ¿Sonríe el sol de oro 

                                                   de la tierra de un sueño no encontrada; 
y ve su nave hender el mar sonoro, 
de viento y luz la blanca vela hinchada? 


                                                        Él ha visto las hojas otoñales, 

                                                        amarillas, rodar, las olorosas 
ramas del eucalipto, los rosales 
que enseñan otra vez sus blancas rosas 


                                                      Y este dolor que añora o desconfía 

                                                      el temblor de una lágrima reprime, 
y un resto de viril hipocresía 
en el semblante pálido se imprime. 


                                                        Serio retrato en la pared clarea 

                                                           todavía. Nosotros divagamos. 
En la tristeza del hogar golpea 
el tictac del reloj. Todos callamos.

Este poema lo he escogido ya que es una obra con un tema clásico en cuanto a Machado, que es el paso del tiempo y su preocupación por la muerte. Me parece interesante que en este poema refleje su nostalgia por momentos del pasado que le hayan gustado o no, no podrá volver a repetir, y un miedo a la muerte, como causa del paso del tiempo. Además me parece interesante como siempre liga en esta clase de poemas, el paso de tiempo, con la muerte y con la vida, vista siempre desde un ángulo pesimista y nostálgico, debido a su triste y solitaria infancia.


A la desierta plaza

A la desierta plaza 

conduce un laberinto de callejas. 
A un lado, el viejo paredón sombrío 
de una ruinosa iglesia; 
a otro lado, la tapia blanquecina 
de un huerto de cipreses y palmeras, 
y, frente a mí, la casa, 
y en la casa la reja 
ante el cristal que levemente empaña 
su figurilla plácida y risueña. 
Me apartaré. No quiero 
llamar a tu ventana... Primavera 
viene ?su veste blanca 
flota en el aire de la plaza muerta?; 
viene a encender las rosas 
rojas de tus rosales... Quiero verl

Este poema me ha llamada la atención porque a pesar de ser tan corto, transmite un mensaje muy profundo como lo son sus sentimientos hacia una chica de su pueblo, un pueblo que define como algo apagado, aburrido y mustio, un pueblo pequeño en el que todas la calles llevan a la plaza, donde frente a él, se encuentra la casa de su amada, a la que puede ver tras la ventana, y que al dar la vuelta, el pueblo da un giro y se vuelve más alegre y luminoso. Como ya dije previamente, es asombroso cómo en tan pocas líneas es capaz de expresar sus fuertes sentimientos de amor hacia una persona.


Caminos

De la ciudad moruna 

tras las murallas viejas, 
yo contemplo la tarde silenciosa, 
a solas con mi sombra y con mi pena. 

El río va corriendo, 

entre sombrías huertas 
y grises olivares, 
por los alegres campos de Baeza 

Tienen las vides pámpanos dorados 

sobre las rojas cepas. 
Guadalquivir, como un alfanje roto 
y disperso, reluce y espejea. 

Lejos, los montes duermen 

envueltos en la niebla, 
niebla de otoño, maternal; descansan 
las rudas moles de su ser de piedra 
en esta tibia tarde de noviembre, 
tarde piadosa, cárdena y violeta. 

El viento ha sacudido 

los mustios olmos de la carretera, 
levantando en rosados torbellinos 
el polvo de la tierra. 
La luna está subiendo 
amoratada, jadeante y llena. 

Los caminitos blancos 

se cruzan y se alejan, 
buscando los dispersos caseríos 
del valle y de la sierra. 
Caminos de los campos... 
¡Ay, ya, no puedo caminar con ella!

Este poema lo he elegido por el gran simbolismo que tiene y por lo desapercibido que pasa frente a otros poemas. Este poema nos muestra perfectamente lo que Machado que transmitir, que es la situación de la gente en la época y lo hace utilizando cantidad de símbolos, así como el otoño, los olmos mustios, etc... y además es un poema fácil y muy agradable de leer.


Hastío 

Pasan las horas de hastío 

por la estancia familiar 
el amplio cuarto sombrío 
donde yo empecé a soñar. 
Del reloj arrinconado, 
que en la penumbra clarea, 
el tictac acompasado 
odiosamente golpea. 
Dice la monotonía 
del agua clara al caer: 
un día es como otro día; 
hoy es lo mismo que ayer. 
Cae la tarde. El viento agita 
el parque mustio y dorado... 
¡Qué largamente ha llorado 
toda la fronda marchita!

Este poema lo he incluido puesto que al leerlo me he sentido identificado con Machado, y aunque sus poemas son generalmente tristes y no guardan relación conmigo, en este caso sí que he sentido que la sensación del autor de que los días son iguales, encaja con algunas de mis sensaciones, puesto que a veces cuando estás en horas muertas y no sabes qué hacer, piensas que todos los días haces lo mismo, nada. Aún así, Machado expresa este sentimiento pero causado por su nostalgia y pena.


A un olmo seco

Al olmo viejo, hendido por el rayo 

y en su mitad podrido, 
con las lluvias de abril y el sol de mayo 
algunas hojas verdes le han salido. 

¡El olmo centenario en la colina 

que lame el Duero! Un musgo amarillento 
le mancha la corteza blanquecina 
al tronco carcomido y polvoriento. 

No será, cual los álamos cantores 

que guardan el camino y la ribera, 
habitado de pardos ruiseñores. 

Ejército de hormigas en hilera 

va trepando por él, y en sus entrañas 
urden sus telas grises las arañas. 

Antes que te derribe, olmo del Duero, 

con su hacha el leñador, y el carpintero 
te convierta en melena de campana, 
lanza de carro o yugo de carreta; 
antes que rojo en el hogar, mañana, 
ardas de alguna mísera caseta, 
al borde de un camino; 
antes que te descuaje un torbellino 
y tronche el soplo de las sierras blancas; 
antes que el río hasta la mar te empuje 
por valles y barrancas,  
olmo, quiero anotar en mi cartera 
la gracia de tu rama verdecida. 
Mi corazón espera 
también, hacia la luz y hacia la vida, 
otro milagro de la primavera.

Este poema lo he elegido ya que previamente hemos trabajado con él en clase y además de ser muy bonito, me resulta muy interesante la metáfora que hace al asemejar a su enferma mujer Leonor con un olmo viejo y seco a punto de morir. En este poema trata de decir que si este mustio árbol era capaz de volver a crecer fuerte, su mujer podría curarse de esa enfermedad.


Recuerdo Infantil

Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de lluvia tras los cristales.

Es la clase. En un cartel
se representa a Caín
fugitivo, y muerto Abel,
junto a una mancha carmín.

Con timbre sonoro y hueco
truena el maestro, un anciano
mal vestido, enjuto y seco,
que lleva un libro en la mano.

Y todo un coro infantil
va cantando la lección;
mil veces ciento, cien mil,
mil veces mil, un millón.

Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de la lluvia en los cristales

Este poema lo he elegido ya que, aunque Machado de nuevo trata de una forma nostalgica el pasado y habla del paso del tiempo, me ha llevado atrás en el tiempo, a rememorar las clases que dabamos en primaria en el colegio cuando aún eramos niños pequeños y que incluso como machado, en diversas asignaturas, aprendiamos los contenidos con cortas y pegadizas canciones.


La Saeta

¡Oh, la saeta, el cantar
al Cristo de los gitanos,
siempre con sangre en las manos,
siempre por desenclavar!
¡Cantar del pueblo andaluz,
que todas las primaveras
anda pidiendo escaleras
para subir a la cruz!
¡Cantar de la tierra mía,
que echa flores
al Jesús de la agonía,
y es la fe de mis mayores!
¡Oh, no eres tú mi cantar!
¡No puedo cantar, ni quiero
a ese Jesús del madero,
sino al que anduvo en el mar! 

El simple hecho que me ha llevado a incluir este poema en la antología, es la estrecha relación que guardo con el Cristo de los gitanos, que desde la infancia, realizo todos los años la estación de penitencia que la hermandad propone, por lo que cuando vi este poema, tuve la necesidad de incluirlo.


La Primavera Besaba

 La primavera besaba
 suavemente la arboleda,
 y el verde nuevo brotaba
 como una verde humareda.
 
 Las nubes iban pasando
 sobre el campo juvenil...
 Yo vi en las hojas temblando
 las frescas lluvias de abril.
 
 Bajo ese almendro florido,
 todo cargado de flor
 -recorde-, yo he maldecido
 mi juventud sin amor.
 
 Hoy, en mitad de la vida,
 me he parado a meditar...
 !Juventud nunca vivida
 quién te volviera a soñar!

Este poema lo he elegido puesto que habla del carpe diem, de disfrutar el momento, y sobre todo por que aclara que con la edad adulta, valoramos más la edad de juventud. Básicamente me ha recordado aquello que toda madre dice cuando nos quejamos del colegio, que si pensamos que eso es malo, lo disfrutemos porque trabajar es peor aún.

Mañana Efímero

La España de charanga y pandereta, 
cerrado y sacristía, 
devota de Frascuelo y de María, 
de espíritu burlón y de alma quieta, 
ha de tener su marmol y su día, 
su infalible mañana y su poeta. 
En vano ayer engendrará un mañana 
vacío y por ventura pasajero. 
Será un joven lechuzo y tarambana, 
un sayón con hechuras de bolero, 
a la moda de Francia realista 
un poco al uso de París pagano 
y al estilo de España especialista 
en el vicio al alcance de la mano. 
Esa España inferior que ora y bosteza, 
vieja y tahúr, zaragatera y triste; 
esa España inferior que ora y embiste, 
cuando se digna usar la cabeza, 
aún tendrá luengo parto de varones 
amantes de sagradas tradiciones 
y de sagradas formas y maneras; 
florecerán las barbas apostólicas, 
y otras calvas en otras calaveras 
brillarán, venerables y católicas. 
El vano ayer engendrará un mañana 
vacío y ¡por ventura! pasajero, 
la sombra de un lechuzo tarambana, 
de un sayón con hechuras de bolero; 
el vacuo ayer dará un mañana huero. 
Como la náusea de un borracho ahíto 
de vino malo, un rojo sol corona 
de heces turbias las cumbres de granito; 
hay un mañana estomagante escrito 
en la tarde pragmática y dulzona. 
Mas otra España nace, 
la España del cincel y de la maza, 
con esa eterna juventud que se hace 
del pasado macizo de la raza. 
Una España implacable y redentora, 
España que alborea 
con un hacha en la mano vengadora, 
España de la rabia y de la idea.

Este poema habla de España vista desde dos puntos diferentes, desde el pasado, un pasado pobre y atrasado, y del presente, donde se refleja la esperanza de que esos sucesos no vuelvan a ocurrir. Esto me ha llevado a incluirlo puesto que España actualmente se encuentra sumergida en una crisis que parece no tener fin, pero que como todas, terminan. Así pues, espero que no muy tarde, pudiéramos escribir un texto como este dejando claro lo que no deberíamos de hacer para recaer, y dejando claro, que la crisis ya pasó.

Moscas

Vosotras, las familiares, 
inevitables golosas, 
vosotras, moscas vulgares, 
me evocáis todas las cosas. 
¡Oh, viejas moscas voraces 
como abejas en abril, 
viejas moscas pertinaces 
sobre mi calva infantil! 
¡Moscas del primer hastío 
en el salón familiar, 
las claras tardes de estío 
en que yo empecé a soñar! 
Y en la aborrecida escuela, 
raudas moscas divertidas, 
perseguidas 
por amor de lo que vuela, 
-que todo es volar-, sonoras 
rebotando en los cristales 
en los días otoñales... 
Moscas de todas las horas, 
de infancia y adolescencia, 
de mi juventud dorada; 
de esta segunda inocencia, 
que da en no creer en nada, 
de siempre... Moscas vulgares, 
que de puro familiares 
no tendréis digno cantor: 
yo sé que os habéis posado 
sobre el juguete encantado, 
sobre el librote cerrado, 
sobre la carta de amor, 
sobre los párpados yertos 
de los muertos. 
Inevitables golosas, 
que ni labráis como abejas, 
ni brilláis cual mariposas; 
pequeñitas, revoltosas, 
vosotras, amigas viejas, 
me evocáis todas las cosas.

Para concluir con esta personal antología, he decidido incluir el poema de Moscas, puesto que es un poema que entiendo muy bien, ya que lo hemos trabajado en clase, trata de nuevo, del paso del tiempo, pero esta vez haciendo referencia a un tema que realmente me ha resultado familiar, que es el recordar momentos o situaciones mediante pequeños detalles. Cosas que a algunos les pueden parecer insignificantes, a otos les puede traer a la mente recuerdos memorables.

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